10 de septiembre de 2009

Padre:

¿Que decir?, estoy solo parado frente a ti, recordando momentos para plasmarlo en papel, ya que me pidieron que lo realice para este día una carta hacia ti…

El sujeto se quedo quieto en el medio de su monologo, divagando recuerdos, para luego descubrir una pequeña sonrisa en su rostro… hace mucho no hacia esa acción y menos al frente de él.

Todos te extrañaremos, padre… algunos más que otros, pero de igual forma todos te extrañaremos…

Su rostro se encolerizó, tiro la hoja del supuesto monologo que debería decir, sorprendiendo a los invitados por su descarada acción, se aclaro la garganta y volvió a empezar.

Todos los que están presentes, es porque decidieron hacerlo por su cuenta, o únicamente por querer poseer algo de él, pero lástima, nadie tocara nada… esas cosas son de él, de nadie más… y ahora son mías, me las ha dado; así que si alguien vino hasta aquí por intenciones monetarias o por algún objeto de valor, les ruego que se retiren.

Todos los invitados lo miraron de forma desafiante, ¿Quién se creía ese hombre de 40 años en decirle a el/ella que debía marcharse?, nadie se movió, solo el muchazo, esperando que los codiciosos se retiren, y al ver que nadie lo hizo, volvió al monologo que había comenzado improvisadamente pensando que su padre tenia razón… los codiciosos dicen no serlo para quedar desapercibidos y ganar la mayor parte…

Ejem, como les decía en el “discurso”, o mejor dicho, contradiciendo lo que dije hace unos minutos, mi padre no fue un buen hombre, era insoportable, desquiciado, maniaco que deseaba que me convierta en un “don perfecto II”; y adivinen ¿acaso me pregunto si quería hacerlo? ¿Acaso se digno diciéndome que si me gustaba serlo o no? ¿O que mis actos de rebeldía se debían a la ausencia de una madre protectora?... ya se que todos saben que mi madre se separo de mi padre en el año de mi “bendito” nacimiento. Ese acontecimiento hizo que odiara el día que mi padre dijera “esta bien, pero yo me quedo con el niño”, ¡wow, que padre mas ocupado por sus hijos!, por ese estúpido señor, yo tuve una infancia llena de retos, “no puedes ir para allá, compórtate, se educado, no digas blasfemias”, y bla bla bla…

La multitud se sorprendió por las palabras… ¿como hablar así de su padre en estos momentos?, el pobre hombre tuvo que ligar con un hijo rebelde y este no le agradecía nada…pero de todas formas, sintieron compasión de el muchacho al notar que los ojos se le iban humedeciendo de a poco, que su vos se congestionaba y que sus palabras salía a escupitones de sus labios tembleques

Mi padre… ese hombre… fue el que me hizo llorar por primera ves, el que me abrazo cuando tenia miedo, el que me educó… el que aunque hallan pasado 20 años de mi huida, siempre me recordó… el que en todo momento pensó en mi, el que se digno a vivir unas horas mas únicamente para decirme “te amo hijo”, aunque yo la halla hecho la vida imposible…

Ante el asombro de todos, el muchacho se arrodillo afrente de la tumba de su padre difunto, empezó a llorar desconsoladamente, alguien se acerco a ayudarlo, a decirle que se retire, que entendían su dolor, pero él se negó… quería terminar eso, no quería otra deuda pendiente, y mas a sus 40 y pico de años…

Mi padre fue un hombre de derechos, él me cuido, ¡me cuido aunque fuera malagradecido!... nunca le agradecí nada… nunca aprecie sus abrazos, sus palabras de afecto, sus risas, sus juegos, nunca quise aprender sus enseñanzas, no quise aceptar que ese magnifico señor era mi padre…

La mayoría de los familiares y amigos de la familia empezaron a llorar, la agonía de ese hombre llego a los corazones más duros de la multitud; todos se sentían involucrados en ese momento ¿Quién no había tratado mal a su padre o madre, o no valoraba lo que hacia por ellos?... el hombre giro sobre sus rodillas para quedar frente a frente con la gris lapida de su progenitor.

Papá… perdón por irme… discúlpame, era un recién graduado… gracias a vos me adelante unos años en la escuela, y en ves de agradecer tu esfuerzo, me resigne a no hablarte… era pequeño, enojado con la vida, no tenias la culpa de todo esto… lamento no responder tus cartas, hablarte únicamente cuando necesitaba dinero, y cuando me lo dabas no darte las gracias… gracias por haberme iluminado cada día con tu (antiguamente) insoportable frase “día nuevo, vida nueva”, haciendo referencia de que cada día seria mejor… perdón por enojarme cuando me retabas al no hacer lo que me correspondía, ahora entiendo que estaba en todo tu derecho el haberme retado y castigarme por empezar a fumar a los 15 años, el tomar por diversión con mis “amigos”, y que al final estabas en lo correcto, ellos nunca estarían conmigo para siempre, vos sí, hasta hoy… desearía con todo mi ser que te levantes de esa tumba y me digas “era todo un chiste” con tu imperfecta sonrisa blanquecina, que te rías sonoramente con tus amigos al juntarse en sus reuniones de trabajo, que me retes denuevo, que me des consejos, ¡y ahora te prometo que te voy a escuchar!, oh padre… solo necesito una palabra tuya para ser feliz… se que según todo el mundo debes estar en es cielo… ¡pero yo quiero que estés acá conmigo!, seguramente ahora tendrías que venir diciéndome que no haga estamentos, que soy un hombre maduro, hecho y derecho y que tenia que hacerle honor a la familia… solo sé que no me importa que todos se miren con indiferencia, o que se rían de mi… solo te quiero a vos papá… necesito una palabra tuya de consuelo… necesito que me protejas, que me des uno de tus sofocantes y amorosos abrazos, necesito que… te necesito a vos papá…

La multitud lloró de tristeza al ver a aquel niño encerrado en el cuerpo de un cuarentón revolcarse en el suelo donde se hallaba el cuerpo de su padre… pidiendo a dolorosos gritos que vuelva, necesitado su perdón, alguna palabra suya… escuchando las confesiones mejores guardadas en el corazón de ese ser que no reconoció a tiempo su error… pero era tarde, su padre había muerto y el solo con la culpa de su perdida desbordando de todos los poros de su orgulloso ser.



Ayelén Castaño

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